Volvemos a la ciudad y al hotel en que estuvimos antes de partir.La ciudad nos dejó una muy buena impresión en un pequeño tour que hicimos. En el puerto nos recoge una señora muy simpática que nos lleva hasta el hotel. Cuando llegamos al hotel nos dicen que hasta las tres no se puede hacer el “check in”, pero como estamos descansados y queremos ver la ciudad, la verdad es que no nos parece mal. Dejamos las maletas allí y nos vamos a dar una vuelta por Vancouver. Nuestra amable guia se ofrece a llevarnos hasta donde queremos ir, una tienda que esta por el centro de la ciudad, pero al ser domingo no sabemos si estará abierta.Cuando llegamos descubrimos que abren a partir de las doce, son las 9 y tenemos mucho tiempo, así que le decimos que nos lleve a algún sitio donde podamos desayunar. Y eso hace.
Nos dice que es un sitio que ella nunca ha estado, pero que tiene una terracita donde siempre hay gente y que esta muy bien. Y así es. Se trata de Scoozi, un delicioso local con una pequeña terraza en la acera. Luego nos damos cuenta que lo de estas terrazas es muy habitual en los locales de aquí. El sitio esta realmente bien, y es mucho mas gran de de lo que parece por fuera, nos recibe un señor con delantal y nos sienta en la terraza, nos pregunta si queremos zumo de naranja y nos da la carta. Al parecer es el anfitrión, va sentando a la gente que va llegando después de nosotros, las que nos atienden son dos amabilísimas camareras. Pedimos un típico desayuno continental, un café solo y un capuccino, y mientras esperamos decido ir al baño y de paso echarle un vistazo al local por dentro. Como he dicho antes, por dentro es mucho mas grande de lo que parece, todo el local esta pintado de un color melocotón muy suave y repleto de mesitas y de fotos colgadas en las paredes, no reparé mucho en ellas pero parecían ser famosos locales y clientes. Nos sirven el desayuno y esta exquisito (igual que mi capuccino), huevos revueltos, bacon y un par de tostadas. En definitiva un gran desayuno en un bonito local totalmente recomendable. Precisamente aquí nos enteramos, leyendo un periódico que el lunes es fiesta aquí y que hoy es el desfile del Orgullo Gay. Después de enterarnos donde y a que hora, nos damos una vuelta por un centro comercial para ver unas tarjetas de memoria y hacer algo de tiempo.
Despues de darnos cuenta de que la tecnología en Canadá es ,mas o menos ,el doble de cara que en España desistimos de comprar nada. Dando un paseo nos acercamos a ver el Canada Place y sus alrededores, y la Harbour Center Tower desde donde se tiene una vista impresionante de la ciudad. Totalmente recomendable subir a la torre. Finalmente vamos a la tienda de ropa que queríamos ver y que finalmente resulta decepcionante. Después nos dirigimos hacia la zona donde comienza el desfile del Orgullo Gay.
Es inútil ponerse a hacer comparaciones con el desfile de Madrid, pero resulta igual de divertido. Todo es como mas pequeño, pero se trata de reivindicar e imaginación no les falta. Dejando a un lado el típico desfile de musculitos y posturitas subidos en carrozas, hay cosas muy graciosas. Los superhéroes gays hacen que me ria un rato, pero el equipo canadiense de Curling hacen que llevar todo el día caminando arriba y abajo haya valido la pena. Sea donde sea, un desfile gay es un desfile gay, y no falta el descaro ni la diversión.
Sin darnos cuenta se nos hace tarde, nos vamos hacia el hotel y decidimos comer de camino. Finalmente acabamos otra vez en Davies Street, donde no para de pasar gente de un lado a otro. Comemos en Denny´s , una restaurante de comida rápida que hace esquina con Thurlow Street . Luego nos vamos al hotel a descansar, ya que llevamos todo el día caminando.
Por la noche decidimos no alejarnos mucho del hotel y volvemos a cenar en Gigi´s restaurant en Davies Street, la verdad es que nos gusto el primer día, es un sitio agradable y se come bien. Después de cenar nos damos una vuelta por el barrio y lo cierto es que Davies Street esta abarrotada, hay un Pub o restaurante cada dos puertas. La gente es de lo mas variada y los locales también, en algunos llama la atención que hay cola para entrar independientemente de su aspecto exterior. Al final decidimos irnos a la cama, ya que mañana tenemos que levantarnos temprano para emprender un viaje largo y pesado. Viaje que, sin duda, habrá valido la pena hacer para descubrir una ciudad a la que volvería sin pensármelo.
Y aquí acaba nuestro viaje por Alaska.Un viaje increíble que ha sido un placer vivir y contar.
Por ultimo darle las gracias a Eva nuestra agente de viajes de Viajes Iberia y a sus compañeras Elena y Sofia, que nos ayudan en todos nuestros viajes para que todo salga perfecto, tal y como han salido todos hasta ahora.Un beso y muchas gracias.
P.D: El próximo viaje a publicar (en Octubre) es Noruega, otro impresionante sitio.
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