viernes, 26 de septiembre de 2008

ALASKA 2008-Desembarco en Vancouver

Volvemos a la ciudad y al hotel en que estuvimos antes de partir.La ciudad nos dejó una muy buena impresión en un pequeño tour que hicimos. En el puerto nos recoge una señora muy simpática que nos lleva hasta el hotel. Cuando llegamos al hotel nos dicen que hasta las tres no se puede hacer el “check in”, pero como estamos descansados y queremos ver la ciudad, la verdad es que no nos parece mal. Dejamos las maletas allí y nos vamos a dar una vuelta por Vancouver. Nuestra amable guia se ofrece a llevarnos hasta donde queremos ir, una tienda que esta por el centro de la ciudad, pero al ser domingo no sabemos si estará abierta.Cuando llegamos descubrimos que abren a partir de las doce, son las 9 y tenemos mucho tiempo, así que le decimos que nos lleve a algún sitio donde podamos desayunar. Y eso hace.






Nos dice que es un sitio que ella nunca ha estado, pero que tiene una terracita donde siempre hay gente y que esta muy bien. Y así es. Se trata de Scoozi, un delicioso local con una pequeña terraza en la acera. Luego nos damos cuenta que lo de estas terrazas es muy habitual en los locales de aquí. El sitio esta realmente bien, y es mucho mas gran de de lo que parece por fuera, nos recibe un señor con delantal y nos sienta en la terraza, nos pregunta si queremos zumo de naranja y nos da la carta. Al parecer es el anfitrión, va sentando a la gente que va llegando después de nosotros, las que nos atienden son dos amabilísimas camareras. Pedimos un típico desayuno continental, un café solo y un capuccino, y mientras esperamos decido ir al baño y de paso echarle un vistazo al local por dentro. Como he dicho antes, por dentro es mucho mas grande de lo que parece, todo el local esta pintado de un color melocotón muy suave y repleto de mesitas y de fotos colgadas en las paredes, no reparé mucho en ellas pero parecían ser famosos locales y clientes. Nos sirven el desayuno y esta exquisito (igual que mi capuccino), huevos revueltos, bacon y un par de tostadas. En definitiva un gran desayuno en un bonito local totalmente recomendable. Precisamente aquí nos enteramos, leyendo un periódico que el lunes es fiesta aquí y que hoy es el desfile del Orgullo Gay. Después de enterarnos donde y a que hora, nos damos una vuelta por un centro comercial para ver unas tarjetas de memoria y hacer algo de tiempo.






Despues de darnos cuenta de que la tecnología en Canadá es ,mas o menos ,el doble de cara que en España desistimos de comprar nada. Dando un paseo nos acercamos a ver el Canada Place y sus alrededores, y la Harbour Center Tower desde donde se tiene una vista impresionante de la ciudad. Totalmente recomendable subir a la torre. Finalmente vamos a la tienda de ropa que queríamos ver y que finalmente resulta decepcionante. Después nos dirigimos hacia la zona donde comienza el desfile del Orgullo Gay.



Es inútil ponerse a hacer comparaciones con el desfile de Madrid, pero resulta igual de divertido. Todo es como mas pequeño, pero se trata de reivindicar e imaginación no les falta. Dejando a un lado el típico desfile de musculitos y posturitas subidos en carrozas, hay cosas muy graciosas. Los superhéroes gays hacen que me ria un rato, pero el equipo canadiense de Curling hacen que llevar todo el día caminando arriba y abajo haya valido la pena. Sea donde sea, un desfile gay es un desfile gay, y no falta el descaro ni la diversión.




Sin darnos cuenta se nos hace tarde, nos vamos hacia el hotel y decidimos comer de camino. Finalmente acabamos otra vez en Davies Street, donde no para de pasar gente de un lado a otro. Comemos en Denny´s , una restaurante de comida rápida que hace esquina con Thurlow Street . Luego nos vamos al hotel a descansar, ya que llevamos todo el día caminando.

Por la noche decidimos no alejarnos mucho del hotel y volvemos a cenar en Gigi´s restaurant en Davies Street, la verdad es que nos gusto el primer día, es un sitio agradable y se come bien. Después de cenar nos damos una vuelta por el barrio y lo cierto es que Davies Street esta abarrotada, hay un Pub o restaurante cada dos puertas. La gente es de lo mas variada y los locales también, en algunos llama la atención que hay cola para entrar independientemente de su aspecto exterior. Al final decidimos irnos a la cama, ya que mañana tenemos que levantarnos temprano para emprender un viaje largo y pesado. Viaje que, sin duda, habrá valido la pena hacer para descubrir una ciudad a la que volvería sin pensármelo.





Y aquí acaba nuestro viaje por Alaska.Un viaje increíble que ha sido un placer vivir y contar.
Por ultimo darle las gracias a Eva nuestra agente de viajes de Viajes Iberia y a sus compañeras Elena y Sofia, que nos ayudan en todos nuestros viajes para que todo salga perfecto, tal y como han salido todos hasta ahora.Un beso y muchas gracias.


P.D: El próximo viaje a publicar (en Octubre) es Noruega, otro impresionante sitio.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

ALASKA 2008-2º Y 3er Dia de navegacion



El primer día lo dedicamos al relax total, ya que el tiempo no ha cambiado nada y siguen el frío y las nubes. Pero el segundo día, y último a bordo también, por fin sale un poco el sol y podemos salir a la piscina a tumbarnos un rato en las hamacas a leer, o simplemente a descansar. Solo nos coge el sol en la cara, la única parte que llevábamos al descubierto, ya que hace sol, pero el vientecillo sigue siendo frío. Mañana desembarcamos muy pronto con las maletas, ya que nosotros pasamos una noche mas en Vancouver, lo que significa que tenemos un día entero para ver un poco mas una ciudad de la que tenemos una primera impresión fantástica.











martes, 23 de septiembre de 2008

ALASKA 2008-Skagway


Cuando desembarcamos en Skagway, enseguida se nota que es la ciudad mas grande, al menos de las que nosotros vamos a visitar. Tiene una avenida central, Broadway Street, con varias avenidas que la atraviesan. La zona comercial llega hasta la séptima avenida, pero siguen mas allá. La cantidad de casas alrededor es mayor que en los demás pueblos.
Nuestra excursión de hoy comienza en autobús, y consiste en subir hasta una montaña y bajarla luego en un ferrocarril, siguiendo la ruta que hacían los antiguos buscadores de oro. Nuestro guía es muy gracioso, o eso me parece intuir por lo que se rien los demás, entiendo ingles, pero este tio habla muy rápido y no le pillo las gracias, también es cierto que la mayoría del camino no le presto atención. El autobús es pequeño y va lleno, lo que significa que mi pareja y yo vamos a ir muy incómodos. Para colmo hay mucha niebla y en el camino de subida no vemos absolutamente nada, se intuye que esta lleno de montañas verdes y estupendas, pero no las vemos. Cuando llegamos arriba del todo, y antes de subirse al tren, hay que volver a pasar inmigración. Por suerte esta vez es para volver a entrar en Canada, la agente sube al autobús, y entre bromas y risas comprueba que todo el mundo lleva el pasaporte, nos desea que disfrutemos del viaje y pasemos un buen día. Una vez mas quedamos encantados con la actitud de los canadienses, claro que para bajar del tren habrá que pasar por los americanos.








El viaje en tren es muy bonito, al principio seguimos sin ver nada y nos cabreamos un poco, pero a medida que descendemos un poco se despeja y podemos contemplar, una vez mas, el increíble paisaje de Alaska. Esto nos hace preguntarnos como fue posible que alguien vendiese esos territorios por tan poco dinero, unos 70.000 dólares. Puede que suene mucho para la época, pero es que de verdad que tanta belleza no tiene precio. También nos parece increíble (y maravilloso) que los americanos no hayan construido algo parecido a Las Vegas pero en medio de la naturaleza. Si estuviésemos en España, Alaska parecería Benidorm, por nombrar solo un sitio. Bueno, pues que el viaje en tren merece la pena, aunque haya que soportar el viaje en bus, al que por cierto volvemos para que nos lleven a almorzar.
Por suerte para nosotros esta vez el viaje es mas corto. El almuerzo tiene lugar en lo que representa ser un antiguo campamento de buscadores de oro. El almuerzo no esta mal, salmón y pollo. Pero lo que esta realmente bueno es la salsa que le ponen al salmón.
El sitio esta bastante bien hecho, al menos la cantidad de moscas me pareció muy real, por suerte el comedor esta bastante alejado de lo que representa ser el campamento. Las tiendas en las que dormían y vivían también están conseguidas, entre otras cosas porque están sucias de verdad (por no usar otra expresión). Después de dar una vuelta por el campamento y la correspondiente tienda de regalos, nos sentamos en un cobertizo de madera que hace las veces de teatrillo. Allí nos ofrecen la representación de un antiguo poema, en clave de humor claro. Puesto que las chicas son, supuestamente, prostitutas la mayoría de los chistes recaen sobre los señores. El espectáculo no está mal del todo, al menos se nota que le ponen ganas, y teniendo en cuenta que lo deben hacer unas cuantas veces al día es de agradecer. De todas maneras la naturaleza gana una vez mas la partida a los humanos, no es por hacerles de menos, pero no pueden competir con su entorno. Ellos estarán acostumbrados, pero para mi ver ardillas correteando por la mayoría de los árboles es algo inusual, y no puedo dejar de buscarlas. Cuando acaba la representación pasamos a buscar el oro. Se como suena, pero acaba resultando divertido. Cada uno recibe su plato (convenientemente oxidado) con unas cuantas piedrecitas en el fondo y una pequeña bolsita transparente. Nos colocamos alrededor de unos abrevaderos de madera llenos de agua, llenamos un poco el plato y lo remueves hasta que en el fondo aparece algo de color dorado. Por supuesto es pan de oro colocado previamente, pero estar allí haciendo el movimiento con el platito es divertido o cuando menos original.









El autobús nos devuelve al pueblo donde nos llevan a visitar lo que antes era uno de los burdeles mas famosos el Red Onion,donde los buscadores de oro iban a beber y a alternar con las chicas.La visita es divertida y hay que reconocer que las chicas,caracterizadas para la ocasión, lo hacen muy bien, y algunas de las habitaciones están conservadas como entonces.La parte de abajo del burdel ahora es un restaurante con camareras también vestidas acordes con el local.


Después de esto nos damos una vuelta por la ciudad y hacemos unas compras. La mayoría de las tiendas son joyerías y tiendas de souvenirs. Hay una tienda con unas camisetas muy graciosas, pero como siempre nadie piensas que la gente pueda usar mas de una 2x, así que nos quedamos con las ganas. Volvemos al barco al mediodía, estamos muy cansados, Los próximos dos días son de navegación, ya dirección Vancouver, así que tendremos mucho tiempo para descansar.









domingo, 14 de septiembre de 2008

ALASKA 2008-Glaciar Sawyer




Esta tarde el barco navega hasta el glaciar Sawyer, y una vez mas hay que rendirse ante la belleza del paisaje. El Sawyer esta al final del Tracy Arm, un fiordo que se va estrechando hasta acabar en el glaciar. Nos vamos adentrando poco a poco, empiezan a aparecer pequeños iceberg a un lado y al otro del barco. Eso unido a las enormes y verdes montañas que nos rodean hacen que esta sea una experiencia única. Finalmente llegamos al glaciar Sawyer, este queda algo mas lejos que el que vimos esta mañana, pero es igual de bonito. El fiordo acaba cuando se divide en dos mas pequeños que es donde empieza el glaciar (North Sawyer y South Sawyer ), que rodea toda una montaña. Las fotos lo dicen todo.

















Damos la vuelta y regresamos a nuestro camino, que nos llevará a desembarcar mañana en Skagway, la ciudad mas grande del pasaje interior que estamos recorriendo.





viernes, 12 de septiembre de 2008

ALASKA 2008-Juneau






Lo cierto es que aquí no se por donde empezar. Esta claro que cuando viajas a Alaska esperas ver paisajes bonitos, montañas y algún animal salvaje de lejos. Ni por un momento se te ocurre imaginar lo que puede contemplarse en el Taku River.

La excursión consiste en un vuelo sobre el glaciar Taku, aterrizar en el lago del mismo nombre para comer algo de salmón a la brasa en un Loach, que es una cabaña comedor con una barbacoa al lado. Esa sería la explicación simple, pero lo que ves es mucho mas.


























La verdad es que yo esperaba que el vuelo en hidroavión fuese bastante movidito, pero no, la cosa va muy suave y cada uno tiene su asiento y su pequeña ventanilla para poder ver todo bien y sacar fotos. La sensación de sobrevolar el glaciar no creo que se pueda describir, la visión del hielo con esos colores azules y morados es como poco, emocionante. Pero la cosa no acaba aquí, aterrizamos (¿o se dice amerizamos?) en el lago para llegar al Loach. El Loach son unas cuantas casitas de madera despedigadas por la orilla del lago mirando hacia la desembocadura del glaciar. Ver ese glaciar tan cerca, con ese azul intenso rodeado por el increíble verde de los árboles de Alaska, de verdad que no tiene precio. Te corta la respiración y estarías contemplando esa imagen para siempre. Cuando consigues dejar de mirar el glaciar (y todo lo que le rodea), toca entrar a comer. Sacan unas bandejas con salmón a la brasa y algunas cosas como guarnición y nos vamos sirviendo. Una de las chicas se pone a contarnos la historia del lugar, pero es interrumpida por los ladridos de uno de los perros (hay unos cuatro rondando por allí), cuya función es básicamente ladrar si ven que se acerca un oso. La chica sale a comprobarlo, pero nos dice que no pasa nada, e intenta seguir con su historia pero vuelve a ser interrumpida por una chica que señala el ventanal que tenemos a nuestras espaldas. Efectivamente es un oso, nos giramos y contemplamos un “pequeño” oso negro pasando delante de nosotros, se dirige a la barbacoa donde estaban asando el salmón hace un momento. Se sube a la barbacoa de piedra y mete y saca la cabeza en los agujeros donde estaban las brasas. Salimos despacio de la casa sin hacer mucho ruido, todo lo poco que pueden hacer un grupo de turistas con sus respectivas cámaras, y nos quedamos parados a unos cuantos metros haciendole fotos. El oso saca la cabeza de vez en cuando, se relame y vuelve a por mas. Al cabo del rato volvemos dentro para acabar de comer y que la pobre chica termine su historia sobre el lugar. El oso sigue fuera a lo suyo. Resulta difícil atender a alguien que te esta contando algo, además en un idioma que no es el tuyo, cuando por la ventana puedes ver un oso alimentandose. No me importa si, como sospecho, el oso esta amaestrado y hace eso por costumbre, lo que me importa es que fue divertido y emocionante. ¿Cuántas veces puedes ver a semejante animal caminando suelto por ahí?. Muy pocas, la verdad.